Bukowski siempre Bukowski


Roll The Dice: Factotum: Charles Bukowski

If you are going to try, go all the way.
Otherwise don’t even start.
This could mean losing girlfriends, wives,
relatives, jobs and maybe your mind.
It could mean not eating for 3 or 4 days.
It could mean freezing on the park bench.
It could mean jail.
It could mean derision.
It could mean mockery, isolation.
Isolation is the gift.
All the others are a test of your endurance,
of how much you really want to do it.
And you’ll do it.
Despite rejection and worst odds
and it will be better than anything else you can imagine.
If you’re going to try, go all the way.
There is no other feeling like that.
You will be alone with the gods.
And the nights will flame with fire.
You will ride life straight to perfect laughter,
it’s the only good fight there is.

Aquella escena en la tienda se me había quedado grabada. Aquellos puros, los trajes lujosos. Pensé en buenos solomillos, largos paseos en magníficos automóviles metiéndose por carreteras privadas que llevaban a hermosas mansiones fastuosas. Relajo. Viajes a Europa. Mujeres de primera. ¿Eran ellos mucho más inteligentes que yo? La única diferencia era el dinero, y su deseo de acumularlo.
¡Yo también tenía tal deseo! Ahorraba mis perras chicas. Pero tenía una idea. Pediría un crédito. Yo contrataría y despediría a la gente. Tendría un escritorio de caoba lleno de botellas de whisky. Tendría una mujer con pechos de la talla 40 y un culo que haría que el chico de los periódicos de la esquina se corriese en los pantalones cuando lo viera contonearse. Yo la engañaría con otras y ella lo sabría y no diría nada para poder seguir viviendo en mi casa gozando de mi fortuna. Despediría a hombres sólo por advertir una leve sombra de disgusto en sus caras. Despediría a mujeres que no se esperaban que yo las fuese a despedir.
Eso era todo lo que un hombre necesitaba: esperanza. Era la falta de esperanza lo que hundía a un hombre. Recordaba mis días en Nueva Orleans, viviendo de dos barritas de caramelo de 5 centavos al día durante semanas con tal de no trabajar y tener tiempo para escribir. Pero el morirse de hambre, desgraciadamente, no ayuda a mejorar el arte. Sólo era un impedimento. El alma de un hombre estaba radicada en su estómago. Un hombre podía escribir mucho mejor después de haberse zampado un buen solomillo de ternera y bebido medio litro de whisky de lo que jamás podría hacerlo después de haber comido una barrita de caramelo de a níquel. El mito del artista hambriento era una falacia. Una vez que te dabas cuenta de que todo era una falacia, conseguías la sabiduría y empezabas a sangrar y a arder en llamas y a romper tu ser en explosiones. Yo construiría un imperio con los cuerpos fracturados y las vidas de los hombres sin esperanza, mujeres y niños... Les impulsaría a todos ellos a lo largo de todo el camino. ¡Les enseñaría!
1 Response
  1. Anónimo Says:

    todo ese texto debiera ir acompañado de fotografías de gordon willis