Siete años antes


«Algún día comenzará mi baile. Cuando llegue ese día, yo tendré algo que ellos no poseen.» Charles Bukowski

Siete años pasaron y decidió darle una segunda oportunidad. Sus amigos, los que no fueron y que ahora eran, lo esperaban en el nuevo bar del que todos hablaban. Vamos a ese bar del que todos hablan –le dijeron-. Ahora ese “todos” lo incluía, siete años antes no estaba en ninguna totalidad. Siete años antes tiene miedo de asistir a la fiesta de graduación, algo le dice que no está invitado, lo está, pero no lo siente. Se acerca en mitad de la noche y mira hacia el interior:

Todas las chicas parecían adultas, majestuosas, amorosas en sus vestidos largos; todas eran bellas. Y los chicos enfundados en sus esmóquines tenían un aspecto formidable, bailando todos tan erguidos, cada uno de ellos sosteniendo a una chica en sus brazos y con sus caras aplastadas contra el pelo femenino. Todos danzaban magníficamente y la música sonaba límpida, fuerte y hermosa. Todo era natural y civilizado. ¿Dónde habían aprendido a conversar y bailar? Él nunca pudo conversar ni danzar. Todo el mundo sabía algo que él desconocía.

Siete años pasaron, ahora bebe un ruso negro en el bar que le habían mencionado. Estaba en la cima del mundo –al fin- y quienes eran y antes no fueron, lo miraban con envidia, él lo sabía, todos lo sabían. Al fin había certeza de algo, después de tantos años, después de siete. La música suena y ahora se atreve a cantar, su novia –lejos la más guapa de todo el bar- lo mira desde la mesa, él vuelve, se acerca, ella se levanta y la besa, sus amigos lo odian. Hay algo que él sabe y ellos desconocen. Sus oficinas, sus casas en barrios ridículos, sus viajes, no les sirven en este momento. Los que eran lo saben, él lo sabe.

Se acaba la noche -grandes anécdotas- algo cambió para siempre. Ellos hablan lo mismo de antes, pero ahora no le parece terrible, ahora lo comprende. Los mundos se unieron y él lo sabe. Comienzan a despedirse y alguien tiene la idea de ir a bailar. Siete años pasaron, pero el alcohol convierte en una buena idea volver a ir al mismo club donde se graduaron, él los sigue en auto, busca un lugar para estacionar y lo encuentra.

Siete años pasaron, ésta vez ingresa y baila y aplasta su rostro contra el pelo de su novia. La huele, se siente vivo.
-Nunca pensé que bailarías tan bien Henry, -dice uno de los que eran-.
Siete años pasaron y estaban en el mismo salón, el mismo baile… ellos hablan lo mismo de antes, se ven fenomenales igual que antes, igual que siete años antes.
Henry toma a su novia de la mano –ella lo acompaña- huyen de los que nunca fueron, ni serán. Todo el mundo lo mira, todo el mundo sabe algo que él sigue desconociendo.

por SICKTOR
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