No, Radiohead no fue el mejor concierto que se ha hecho en Chile. Ni siquiera debe estar entre los primeros cinco. Es cierto: sonaron celestialmente perfectos, mejor que todos sus discos, mejor que todos sus malos archivos en calidad mp3 que vendieron a través de la i-net como si fuera la revolución mundial; pero aún así no fue un gran concierto. Estuvo bueno?: efectivamente. Son la raja los cabeza de radio?: lo son. Son la banda de rock –no solamente del progresivo- más grande del planeta? Puta claro que sí. Valió la pena la espera? Yep. Valió la pena pagar 28 lucas: for sure. Pero la presentación en vivo no estuvo a la altura. Cualquiera que vio a Nine Inch Nails en noviembre pasado puede reconocer que no siendo tan buenos músicos y no teniendo tantas canciones buenas se recontracagan en lo que mostraron los oriundos de Oxford el 26 y 27 de marzo.
Primero el recinto era de lo más de mierda que puede haber en Santiasco. Feo, sucio, con un acceso de campo de concentración y un cielo –que es lo más la raja de ver un grupo en vivo en un espacio abierto- donde prácticamente no se veía nada excepto humo. Segundo, el escenario. Es tan difícil hacer el escenario un metro más arriba -para los que no gozan con la maravillosa altura sobre el promedio que nos dio a algunos la naturaleza- puedan ver a la banda en vivo y no sólo escucharla? Más aún, hay que ser un doctor en física para saber que si ponen las pantallas gigantes a la misma altura que el escenario nadie las podrá ver? Sí, estimados, que porquería de producción, eso sin mencionar que la salida fue de lo más ganadera que se ha visto en años. El velódromo no sirve para un show de primer nivel, quedó nuevamente comprobado. De hecho si hubiese pagado platea me suicidaba por la estafa que eso significó.
Y bueno si viene a tocar Vanilla Ice o Laureano y los Krayones; les perdonaría todo lo anteriormente dicho, pero aunque Radiohead no tenga ningún poder de decisión en lo anteriormente dicho, todos esos elementos forman parte de un recital de puta madre e hicieron que este no lo fuera. Ahora bien, hay cosas que sí hicieron mal, como las cámaras secundarias estáticas que se engrupían tanto a sí mismas que pajeaban aún más lo muy pajeros que sonaron en varios pasajes del show. Se habló de las luces y pirotecnia de esta presentación en vivo, pues bien si no estabas en Golden Circle admite que no fue la cagada misma, acepta que estuvo bueno pero que aburrió en varias partes y que lo marciano nunca fue tanto. Si Nine Inch Nails en vivo fue la bomba atómica a los reidiojed les alcanzó para ser –apenas- un puñado de fuegos artificiales de año nuevo en una plaza comunal. En NIN quedé lejos del escenario pero de la misma manera terminé con epilepsia, en Radiohead, en cambio, me molestó más el humo de cigarro del saco de webas que estaba adelante.
Otro factor que me jodió de sobremanera fue el alto nivel de pasado a mierda que pululó por los alrededores. A NIN iban fanáticos o webones que simplemente quieren a la banda tanto como para gastar bastante dinero en ella. En cambio Radiohead fue más como un White Sensation que no daba tanta vergüenza: había que estar ahí porque todos iban a hablar de aquello y de paso estaba justificado porque la mejor banda del planeta presidía el escenario. Mucho saco de weba pidiendo a coro que tocaran Karma Police me pateó las pelotas, más aún cuando los mismos conversaban minutos antes durante canciones que no conocían (en otras palabras: la mayoría). Y puta que soy resentido en estos casos, sobre todo cuando sobre el taburete está uno de los grupos que más quiero en el planeta, uno de los que más mal me dejó y sobre todo uno de los que más me salvó. Entonces libre mercado, democracia y la concha de su madre: tantos webones que no son realmente fanáticos, que van a “carretear” a un concierto, que van a conversar, engrupir o tener momentos romanticos y patéticos y mierdosos me colman la paciencia y me invitan a la próxima vez no ser tan democrático. Porque –queridos ñoños todos- un par de sacodemierderos puede cagar para siempre la ejecución de Exit Music (For a film) y lo lograron.
Finalmente la gira del In Rainbows contemplaba bastantes canciones que el irrespetable no conocía y que aparte de no escuchar, conversar e insultar; aburrían. Con el dolor que aún puedo llegar a sentir, confieso que en ocasiones, el grupo actual que más amo, me aburrió porque el In Rainbows no funciona en vivo, al menos no en galería, cancha general o como chucha se llame. Es mucho más para el basement que para espacios masivos o abiertos. Si se hubiese realizado en el Movistar Arena estaríamos hablando de un concierto que cambió la historia, por el momento sólo podemos decir que valió la pena, que Radiohead ejecuta con perfección y maestría cada una de sus canciones y que al mismo tiempo no fueron lo suficientemente grandes que son.
por SICKTOR