Te despiertas cansado. Te levantas por costumbre. Sales de casa. Corres y entras último al metro. Te aprietan, empujas, alguien te grita, discuten, llegas a tu estación y te bajas. Corres hacia tu trabajo. Entras, saludas, te sientas durante horas. Vas a almorzar y ahora estás más atrasado. Vuelves, te quedas más de lo previsto. El sol se esconde en la ventana opaca. Te duele la espalda, los pies, la cabeza. Sales tarde, cansado, tarde para comprar pan, tarde para encontrar a tu hijo despierto.
Lo besas, despierta, te mira, se alegra, te sonríe. Todo ha valido la pena.
por Sicktor